19 de abril de 2011

Montañalandia

Preparados para comenzar la marcha.
O también llamado "barranquismo".

Tras dejar a los niños en el cole, nuevamente quedamos Jaime y yo para salida matutina un bonito viernes nublado. En esta ocasión con Jero, llegado desde SantaPola.

El mensaje de Jaime lo dejaba claro:

"yo te dejo mi 7 mm. Tú traete un casco, aunque sea el de la bici"

Con un email así, estaba claro que no iba a ser una mañana cualquiera. Sin embargo, iba a ser todavía más de lo que me podía imaginar.

Sonrisa final.
Nos plantamos en el Barranc de L'Abdet tras parada técnica, pasar muchas rotondas (¿pero tú qué miras?) y casi una hora de recorrido. Las nubes nos avisan: hoy pase lo que pase, tú te mojas.
Aparcamos en el pueblo y ya localizamos el bar del pueblo. Objetivo fijado, hay que fomentar comercio local como dice Jaime. Pero eso será más tarde.

Nos enfundamos el neopreno, no sin dificultades, y ala, caminando cual Robocop hacia la salida. El camino de aproximación permite oir ese arrullador sonido del agua corriendo.

Llegamos al puente y... al agua patos.
A partir de aquí, un constante "flujo" de diversión atravesando pozas, saltando charcos, saltando, nadando, buceando, arriesgando... Algún salto da un poco de canguelo, no lo voy a negar. Pero allá que vamos uno tras otro. Jaime saca sus gafas de bucear en cada poza, y a buscar tesoros (una funda de cámara, una viejas gafas de bucear, un relleno de un sujetador, un mosquetón...todo a la mochila, que aquel no es su sitio).
Esto es la caña.
El rictus de sonrisa se perpetúa con el agua fría. Pero no se nota.
Jero se ha traído una supercámara acuática que nos permite inmortalizar muchos momentos. Ese vídeo va a estar mu xulo.

Al final, celebramos nuestra victoria sobre el mundo con un gran brindis. Hasta otra.

1 comentario:

jaimescolano dijo...

Iosssssssssss ¡qué grande jornada!. Coronada de cerveza, nos mojamos de los pies a la cabeza, la jornada en el cañón, después de tanta rotonda, fue más que cachonda, fue toda una sensación. Ese vídeo se está gestando, va a necesitar su tiempo, como todo lo bueno, poco a poco se va horneando. Y ya, Michel, se me acaban las rimas y los xurricasílabos, pero no las ganas de volver, con aquella, con tú y con él.
Ala.