29 de mayo de 2010

ULTRA TRAIL MIJTA LLUNA (UTMDA) 1-2/05/2010. Crónica.

En el pueblo de Guadalest tomamos la salida a las 8am a 287 hombres y 19 mujeres que teníamos por delante más de 80 km de recorrido con 4500 m de desnivel positivo. Convencido como estaba de que lo iba a pasar mal tarde o temprano, mantuve un "trote cochinero" hasta que la cosa empezó a empinarse. Y no tardó mucho. Desde el pantano de Guadalest ya impresionaba ver las primeras cotas que teníamos que alcanzar. La subida inicial hasta el Collado del Castellet se hace por una pista en buen estado, aunque dura, luego descendemos brevemente hasta el primer avituallamiento (km 11 aproximadamente). Desde aquí y hasta el siguente avituallamiento en Fageca (km 23) el recorrido es muy bello, pero también bastante técnico. En primer lugar subimos el Barranc de la Canal y alcanzamos la Mallà del Llop (1360m), desde aprovecho para hacer alguna foto del recorrido hecho (y hacérsela también a algunos compañeros que decidieron relajarse un poco como yo). Recorrimos luego una bonita cresta hasta El Regall y desde ahí bajada muy técnica por pedrera y subida fuerte hasta que alcanzamos el Pla de la Casa, donde en la Cava de Neu (1350m) me relajo nuevamente para hacer alguna foto. Desde aquí todavía queda un largo descenso hasta Fageca, donde a un principiante en este tipo de carreras como yo empieza a tener los primeros problemas físicos/psíquicos. A nivel muscular iba bien, pero en las bajadas me empezaba a notar molestias en ambos dedos gordos (que ya los tengo tocados de carreras previas con las uñas por la mitad) y ahí comenzó mi primera pájara mental (mis pensamientos eran: sólo llevo 1/4 de la carrera y ya me duelen los pies...Cómo estaré dentro de otros 20 km?....)
El avituallamiento de Fageca (km 23) me lo tomé con tranquilidad: unos trozos de coca de tomate (buenísimas; y estaban en todos los avituallamientos), varios vasos isotónicos, revisión de pies, capita de vaselina, calcetines nuevos). Algún compañero ya había decidido abandonar allí. Al final me animo y sigo adelante. Los siguientes kilómetros, por pistas, nos llevan sin mucha dificultad hasta Benimassot (el balcón de la Serrella), y desde allí, unos cuantos kilómetros más hasta el siguiente avituallamiento en Catamarruc (Planes). Desde aquí nos adentramos en otro de los parajes más bonitos de la carrera, el Barranc de L'Encantà, donde además nos cayó una buena tormenta con granizo que animó bastante la carrera. En ese momento coincidí sacando los impermeables con la pareja de murcianos (perdón pero no recuerdo los nombres), con Mónica (con la que no lo sabía en ese momento pero luego íbamos a compartir muchos kms y buenos momentos) y otros cuantos más. Pese a calarnos enteros, disfrutamos mucho durante varios kilómetros: el barranco con la tormenta metida dentro lo hacía mucho más bonito y el camino se convirtió en un riachuelo en muchos tramos. Sin embargo el tramo restante hasta Beniarrés se me hizo interminable. Me descolgé del grupo, la lluvia no terminó de abandonarnos y ... empezaron nuevamente las molestias en los pies, ahora en las plantas; cada vez que apoyaba el pie notaba dolor, no intenso, pero no podía pensar en otra cosa... segunda pájara, la más fuerte. Estaba convencido de abandonar en el siguente control, totalmente convencido. Entonces fue fue cuando una conversación con otro runner que también se quejaba de sus rodillas, me hizo cambiar un poco el chip, entender que todos tenían en ese momento ya alguna queja, él mismo, pero que llegados a ese punto, había que seguir (que sepas que si acabé la carrera fue gracias a tí, compañero). Así llegué al avituallamiento de Beniarrés (km 44): unos macarrones algo enteros, el bocata de jamón que me quedaba, cambio de ropa seca, cambio de zapatillas secas que llevaba en la bolsa de recambio (todo un acierto), y dejó de llover. Así que saqué fuerzas de no se dónde (os juro que estaba convencido de quedarme), y continué. La subida a la sierra de Benicadell (970m) fue bastante dura, y técnica, y nuevamente mojada por la segunda tormenta del día. Y desde allí, un progresivo descenso corredor hasta llegar al cruce con la Autovía Alicante-Valencia. Aquí alcancé nuevamente a Mónica (con la que entraría en meta unas horas más tarde) y Nino. Y aunque quizás la conversación que mantuvimos nos hizo bajar algo el ritmo, nos demostró que haciendo deporte en la montaña lo normal es encontrarte con gente sana, y recorrimos juntos un buen montón de kms.
En Agres tuvimos uno de los mejores momentos de la carrera. Eran ya las 8pm aproximadamente y la gente que se congregó en el avituallamiento nos animó con unos aplausos que nos emocinaron a los tres y nos recargaron las baterías. Desde allí empezamos la subida al Montcabrer, alcanzando en primer lugar el Refugi, donde nos tocó ya sacar los frontales y comenzar con el recorrido nocturno (era la primera vez que lo hacía y fue alucinante, sobretodo hasta llegar a la cima del Montcabrer 1390m). Desde aquí ya todo fue un sufrir hasta el final. Las ampollas de los pies, sobretodo una que me había salido en la base de los metatarsos del pie derecho me fue quemando la moral paso a paso. El tramo por el Barranc del Cinc, de noche con los frontales fue espectacular, pero yo sólo tenía sentidos para mis ampollas. Mónica y el resto de compañeros que íbamos juntos me animaron lo suficiente para sólo pensar en los pocos kms que quedaban. Pero cuando ya llegamos al Preventori (último avituallamiento) y con Alcoy (y la meta) a nuestros pies, entonces la carrera se desviaba varios kms hacia el Alto de Castelar, una senda ´con mucha roca pelada (y mojada) que para todo el grupo estaba de sobra. Finalmente, tras 16h 51 m, entré en la meta. Más de 70 corredores abandonaron en algún momento. Para acabar debo agradecer a todos los que de una forma u otra me ayudaron a no abandonar. Hasta la próxima.