1 de noviembre de 2010

MARATON DE ESPADAN: Espectacular

No hay nada como afrontar un reto sin grandes expectativas para que se convierta en una gran experiencia.
Así iba yo a Espadán. Me notaba falto de motivación. Por cierta pereza los entrenamientos habían ido descendiendo en intensidad y duración. La noche previa de Halloween, lluviosa y ventosa, tampoco ayudó a aumentar la emoción. De hecho llegué a pensar durante la noche no acudir a la salida. Gracias al cambio horario no tuve que madrugar tanto, y salí de casa de mis suegros dejando a todos dormidos y con el sol haciéndose paso entre grandes nubarrones.Por suerte a las 9 horas estaba en la línea de salida de Segorbe junto a casi otros 300 compañeros de fatiga. Por delante un recorrido con la distancia de Filípides por un parque natural, el de Espadán, que todavía no conocía.
El tiempo otoñal ocasionó las variaciones típicas en la equipación de los participantes: yo no había traido más que lo puesto (mallas y camiseta corta), pero otros muchos llevaban cortavientos, guantes...
Ahora que ha terminado quizás eché en falta un buff o similar para el cuello y unos manguitos para los brazos,
porque en las cotas altas elviento arreciaba con fuerza, pero no fué imprescindible y durante muchos tramos la temperatura era muy agradable y con sol.

Los primeros kilómetros de carrera rápidamente pusieron en evidencia la belleza del recorrido: pistas por valles de
colorido otoñal, pequeños pueblos de montaña, senderos por oscuros barrancos, caminos expuestos... Todo ello bien combinado para no cansarte de ninguno (deberían tomar ejemplo algunos organizadores que meten largos tramos de pista ininterrumpida en un
a carrera de montaña). Y cuando ya cumplían las 3h30m de carrera, coronaba el pico de
Espadán aproximadamente en el km 23 y con ello los casi 1800 metros de desnivel positivo.
A partir de aquí ya casi todo era descenso, por lo que agradecí haber decidido no traerme los bastones ni la mochila, ya que esto me facilitó coger un buen ritmo.
Por el barranco de
Almanzor nos juntamos un grupo de 5-6 compañeros, que sin decirnos nada, unimos nuestras fuerzas para llegar al avituallamiento de Almedijar (km30) a un gran ritmo. Qué buenas sensaciones tuve en esos kilómetros, donde varios desconocidos unimos voluntades, esfuerzo, sufrimiento con un objetivo común. No sabemos nuestros nombres, no nos dijimos casi nada, nadie quería ganar a nadie, sólo eramos conscientes de que si seguíamos así, todos nos
venceríamos un poco más a nosotros mismos. En este avituallamiento algunos aprovecharon para descansar un poco más, pues creian no poder seguir ese ritmo. Yo me encontraba bien y decidí seguir adelante con ritmo todo lo alegre que pudiera. Así conseguí llegar a Castellnovo (37 km) en poco más de 5 horas y empecé a ser consciente de que podría terminarla en menos de 6 horas (ni me lo había planteado). Esta motivación extra me ayudó a empujar los últimos kilómetros, subir sin dejar de trotar las pequeñas rampas finales, y avanzar por el último tramo de carretera con viento en contra que parecía no querer dejarme alcanzar mi objetivo.
Al final, 5h49m para completar los 42,195 km con 1800+, y muy buenas sensaciones.

Para el próximo año, sin duda intentaré meterla en mi calendario, aunque sea con calzador.


Os la recomiendo.

1 comentario:

andreu dijo...

Se nota que disfrutaste. Muy buena crónica!