3 de agosto de 2011

Cavalls del Vent en "solitario". La travesía.

... y como venía contando, enciendo el frontal y echo a andar. ¿Pero hacia dónde?

La primera en la frente.

El GPS se ha dado más prisa que yo en encontrar las señales (las del más allá). Así que le sigo. El payo que colgó el track en wikiloc subió hacia el Coll de la Bauma por la pista. Como pude comprobar después en el mapa (algo que mi "audacia" ya sospechaba, puesto que no encontraba ni una maldita señal anaranjada), el recorrido marcado iba por otro sitio, aunque cercano, subía en línea recta por sendero evitando los zigzag que yo iba haciendo por la pista.
Viendo que aquello iba a llegar al mismo sitio, sigo por donde me he metido, que más adelante me cruzaré con las marcas.

Pero esto no contribuye mucho a sosegarme.

La noche es cerrada. De momento ningún ruido anormal (jeje, mi mente patológica y fabuladora había pensado de todo). Hasta el Coll de la Bauma subo caminando, luego se me alegra el cuerpo trotando cochineramente en una suave bajada. Los macarrones me acompañan. Ya no estoy sólo.
Pienso que no debe ser bueno comenzar un ultra vomitando, así que añado agua al bolo gástrico y a ver qué pasa. Me acuerdo de la actuación de Suso.
Así llego al Coll de la Bena. Bifurcación de pistas...y ninguna de las dos coincide con el track. De aquí no pasa que no encuentre una maldita señal. Y vaya si me encontré cosas...

El sendero hay que cogerlo a la izquierda, en bajada hacia la Font de la Bena, que mana en fino chorrillo unos metros más abajo. Las preciosas señales rectangulares anaranjadas aparecen una tras otra. Aprovecho para recargar agua, que con la indigestión casi me he ventilado una botella.

Y entonces los veo acercarse...
Y hablan...
Los 3 UFO's aproximándose

Son 3 frontales como 3 soles. Uno tras otro. 
Si fuera otra época pensaría que eran los Reyes Magos (o si llevara más kilómetros pensaría en nutrias), pero en esta época...y tal y cómo me he portado...
Conforme se acercan nos vamos reconociendo. Misma raza de animal: el trail-runnero, que no saciado de aventuras, sale cada noche a los bosques.
Nos presentamos.
Ellos son Titín, Eduardo y Jesús. Han salido una hora antes de Estasen y resulta que los he adelantado al meterme por la pista (lo siento, no fue voluntario; prometo corregir mi track antes de colgarlo). Tras las presentaciones oficiales decidimos unir fuerzas. Ellos ya se conocen el camino (o por lo menos hay alguno que ya ha hecho el recorrido en otra ocasión), pero mi GPS es más grande :-)
Es el inicio de una simbiosis que fluyó muy bien durante las siguientes horas.
Reconozco que fue alegría la principal sensación que tuve al encontrarlos. Continuar el resto de la noche en compañía me parecía la mejor de las opciones y lo mejor que me podía pasar en ese momento.

Sin embargo...
Tantas horas previas de insomnio, tanto desasosiego, tanta lucha para vencer el acojono que me había crecido interiormente pensando en este reto, en solitario, con nocturnidad y alevosía, que terminarlo así, tan prematuramente. Sin haber tenido una crisis de ansiedad pensando que me perseguía un oso, cuando eran mis tripas las que gemían... Sin sentir el hálito de una manada de hienas hambrientas persiguiéndome para devorarme, cuando era yo el que empezaba a oler a ultra... No sé, tenía la sensación de que me iba a perder mucha aventura.
Así que me contenté con que más de 75 kilómetros por recorrer y casi los 5000 por subir y otros tantos por bajar iban a ser reto suficiente para lo quedaba de día y de noche, y así me uní tan alegremente a un trío, ahora cuarteto, que iba a marcar el ritmo de esta preciosa velada nocturna.

Y el ritmo empezó perfecto. Yo sólo no lo habría hecho mejor. Las subidas caminando y el resto, siempre que el terreno lo permita, a trotar, pero cochineramente hablando.
Y la velada nocturna. Ohhhh. Eso sí era una noche estrellada. Espectacular la infinidad de lucecitas titilando en el cielo.
Y pensando en estas cosas tan infinitas, en nuestra levedad, en nuestro micromundo, en el macromundo de ahí afuera, en la inmensidad... Y joder, no es massa casualidad encontrarte con un amigo de tu suegro la noche de un lunes en una fuente remota de un sendero del Cadí Moixeró. Pero así es la vida.
Moraleja: nunca hables mal de tu familia política en público.

Otro día sigo que es tarde y quiero contar muchas cosas. Para quien las quiera escuchar.
Buenas noches.

2 comentarios:

Soy afortunado dijo...

Cuando quieras seguir, aquí estaré para leerlo. Repito, qué grande eres Michel. No cambies.

Jose Brehcist dijo...

Enhorabuena Michel!! La travesía esta tiene muy buena pinta, me gustaría hacerla este año también en plan tranquilo a ver que tal ...
Por cierto, suerte que encontraste a gente para no hacerla solo, pero el hecho de intentar hacerla solo es de pura admiración. Hay que echarle valor para meterse en ese lió solo.
Estas hecho un crack!!
Saludos y esperare a que pongas mas información :)