23 de agosto de 2011

Cavalls del Vent. Crónica definitiva

...y con esto termino, que me estoy enrollando.

En anteriores capítulos:

Como venía contando, el recién formado "Cuarteto del Moixeró" coge ritmo cochinero y avanza en la oscuridad de la noche. Tras repostar en la Font del Coll de la Bena tenemos por delante un tramo bastante trotador en bajada en el que nos animamos, cuando de repente, empiezo a notar los dos pies un poco sueltos en la zapatilla... no puede ser, si me las acabo de ajustar hace unos minutos.
Zapas con sistema de cordaje roto
Maldición!!
Se ha roto el sistema de cordaje de ambas zapatillas, a la vez y por el mismo sitio!!!!!! Va a ser que algún defectillo tendrían. Ya las llevaré a Carlos (RTeam) a ver qué opina. Pero de momento lo que me preocupa es que quedan por delante más de 70 km todavía de ultra, casi los 10000 metros por subir y por bajar y no tengo zapatillas de repuesto... y plantearlo en barefoot como que no me veo. Afortunadamente el sistema de cordaje de las LaFuma tiene doble ajuste, uno para la zona del antepié y el de siempre. Como se ha roto en medio, ajusto lo que puedo ambas zonas, y aunque no es lo mismo, pero ala, no queda otra, y rezandico para que aguanten...
Llegamos a Cal Cerdanonyola donde reponemos agua en la Font Nostra y veo con sorpresa una máquina expendedora de refrescos en la fachada (y yo cargando con la cocacola desde Gresolet!, aunque luego pienso que llevo 20 euros pero en billete, no me hubiera servido, algo más que aprendo: monedicas).
Nos metemos por el sendero que remonta el Torrent del Forat, pasamos el Pont dels Empedrats y nos introducimos en uno de los parajes descritos como de los más espectaculares del parque, Els Empedrats. Pese a ser de noche, mientras vamos remontado el estrecho, cruzando sucesivamente el torrente de un lado a otro, trepando grandes piedras calizas, viendo algunos saltos de agua y escuchando muchos otros, nos hacemos una pequeña idea de lo impresionante que tiene que ser este tramo (otro año de día y con los peques).
Llegada a Sant Jordi.
A la 1:40 alcanzamos el primero de los 8 objetivos de la aventura, el refugi de Sant Jordi (1561m).
Nos entretenemos poco y salimos zumbando hacia el siguiente objetivo, que todavía lo pillaremos de noche y por tanto poco pudimos ver. Bajamos rápidos hasta el mas d'Escriu donde toca remontar hasta el collado del mismo nombre, y luego bajada hasta la población de Gréixer. Este es otro punto en el que la oscuridad de la noche nos confundió (como al Dinio). El sendero continúa enfrente, para cruzar rápidamente el río Gréixer y se remonta unos metros hasta encontrar una pista que cruzará por debajo la carretera C16. Allí se abre un prado de hierba donde decidimos avituallarnos antes de comenzar la subida hacia Rebost. Decido sacar la lata de CocaCola para acompañar el bocata y la compartimos. A todos nos apetece, y aunque sólo tocaríamos a unos escasos 8 cl, a mí por lo menos me ayudó a desatascar los macarrones. Hasta Rebost poco que contar, todo subida hasta alcanzar los 1631 metros de altura. Llegamos al Refugi de Rebost, segundo de ocho. Cambiando pilas, calcetines y reponiendo agua (está la fuente un poco más arriba, siguiendo el mismo recorrido) se nos hacen las 5 de la mañana.
Seguimos con calma. Tenemos por delante casi un kilómetro vertical en poco más de 6 kilómetros. Y los momentos más espectaculares de la aventura.
Al fondo, de donde venimos: el Pedraforca
Las primeras luces de la mañana empiezan a aparecer cuando abandonamos el bosque, alcanzamos la cota de los 2000 metros, y vamos aproximándonos a la Pleta de Comafloriu. Todavía unos 300-400 metros por encima nuestra vemos nuestro siguiente objetivo, pero no podemos evitar vover con frecuencia la vista atrás, para ver el inmenso valle, tupido por una espesa niebla, sólo rota por las grandes moles de piedra. Al fondo del todo se distingue la inconfundible figura del Pedraforca, de donde venimos y hacia donde volvemos. Simplemente espectacular. Todos repetimos lo mismo: "merece la pena el esfuerzo sólo por que tus ojos vean esto".
Un último esfuerzo y alcanzamos nuestro 3/8 objetivo y el más alto de todos, el Refugi del Niu de L'Aliga, a 2513 metros de altura.
L'Aliga al fondo y arriba
Son las 7:15 de la mañana, y desgraciadamente el refugio no abre sus puertas hasta las 8h. Adios a nuestra idea de desayunar un calentito vaso de leche con magdalenas. Nos abrigamos, sellamos los fortfait, comemos algo y salimos.
El recorrido ahora es un descenso vertiginoso, carenando, con impresionantes vistas mires por donde mires, con grandes desfiladeros. Las sensaciones son indescriptibles. Me animo en la bajada y me despido de mis compañeros. Eduardo es más prudente en las bajadas, ya nos veremos más adelante, seguro.
Llegando al Niu L'Aliga
Espectacular bajada
Pero no todo es bajar en esta etapa. Cuando vas recuperando la cota cercana a los 2000 metros, al llegar al Coll de Jou, y de nuevo te metes en bosque, toca recuperar 300 metros de subida para hacer cima en Penyes Altes (2270m). Esta subida recuerdo que me picó, me picó mucho.
Luego sigo descendiendo, al principio todavía con bastante pendiente pero luego se alcanza el pla de Moixeró, un tramo más largo de bajada más tendida, con muchas vacas y por tanto, con muchas moñigas, que salpican (literalmente) el sendero. 
Planeando por el Moixeró. Las vacas acompañan
Aprovecho para relajarme un poco y hacer alguna llamada tranquilizadora. Hablo con Raquel, que ya había leído alguna de las entradas en el blog esta noche y estaba más tranquila que cuando me fuí de casa la tarde anterior (gracias por tu paciencia). También llamo a mis padres. Leo los emails que van llegando, que son muchos, Jesús por el WhatsApps, veo que hay llamada perdida de Pez... Las pilas se recargan, algunas lágrimas afloran... Os quiero a todos. Esto de aventura en solitario sólo tiene el nombre.
El recorrido coge ahora dirección norte, dejando a nuestra derecha el Roc Cremat (2008m). De repente nos topamos con un descenso muy técnico de casi 400 metros de desnivel, rodeado por inmensos abetos, en el que pese a ir con mucho cuidado, no dejo de caerme en un par de ocasiones. Llego entonces a una pista que permite recuperar un poco, es de bajada pero suavecita e intento seguir trotando hasta el refugio. El último repecho me frena en seco. Subo andando hacia el refugio y nada más verlo le grito: Maruannnnn!.
Pan, tomaca y lomito de serdo..ummhhhh
Allí estaban estos dos pedazos de amigos: Maruan y Andreu, que se habían pegado una paliza de coche para poder acompañarme un rato. Muchas gracias amigos. Decido por tanto hacer una buena parada, la compañía lo merece y además, esta etapa se me ha hecho algo "cuesta arriba" cuando era todo bajada (tengo que seguir aprendiendo a dosificar; me pasará factura).
A la simpática guarda del Refugio de Serrat de Les Esposes (1511m) le pido el bocata en versión maxi y una cocacola. Mientras me lo zampo, Andreu se termina de preparar, ya que ha decidido acompañarme en esta etapa hasta el siguiente refugio, y llegan Titín, Jesús y Eduardo, que no pueden evitar pedir otra ración de tan suculento manjar. Me cambio de camiseta que ya apestaba, calcetines, y siendo ya las 11 de la mañana, salimos Andreu y yo hacia el refugio de Cortals d'Ingla. 
Repostando en Serrat
Una corta pero intensa subida inicial es lo más duro de la etapa. Luego cogemos una pista asfaltada que se va prolongando más de lo que desearía. Lamento que para una etapa que puede venirse Andreu, sea tan poco trailera... Sin embargo luego de tomar un desvio en la Font Freda, la cosa se anima; entramos en sendero, nos rodeamos de frondosa vegetación y grandes abetos, empezamos a cruzar riachuelillos, y ese venenillo que es la esencia del trail running empieza a hacer su efecto en Andreu.
Con SuperAndreu. Gracias
Tardamos menos de una hora en llegar al siguiente refugio, Cortals de L'Ingla (1604 m), menos de lo que nos hubiera gustado, sobretodo a Andreu, porque yo ya voy un poco cargadito de kilómetros.
Y con SuperMaruan. Gracias
Aquí me entretengo escasos 5 minutos, recargo agua, sello el forfait, me abrazo con mis amigos Andreu y Maruan (que allí estaba esperando con el coche) y parto.
Veo al fondo hacia dónde me dirigo ahora, la serra de la Moixa, totalmente cubierta de nubes oscuras. Hay que volver a subir hasta la cota de los 2200 y carenar por encima de los 2000 metros bastante rato. Me voy haciendo a la idea de que me voy a mojar prácticamente seguro. Sólo pido que se lo más tarde posible (y no sabía lo que equivocado que estaba al pedir esto).

En la foscor
A los pies del Comabona
Empieza en un tramo de pista y dejo un par de desvios a izquierda que me llevarían de nuevo al refugio de Sant Jordi (vía coll de Pendís). Equivocarte aquí y darte cuenta que vuelves a llegar al segundo refugio tiene que ser para pegarse un tiro, aunque sólo te habrías desviado poco más de un kilómetro... Pero está bien indicado y no hay dudas. En seguida me encuentro en un sendero que asciende progresivamente por el torrent de Vimboca, bien metido en bosque, hasta llegar al collado del mismo nombre. Sigo subiendo y poco a poco, me meto en las nubes. Una verdadera pena, porque ya me contó Pez la espectacularidad de este tramo, carenando por encima de los 2000 metros y con impresionantes vistas hacia ambos lados... pero es lo que tiene la montaña. Disfruto de todas formas de este espectáculo alpino que ofrecen las nubes rodeándote, humedeciéndote con sus gotitas que no llega a ser lluvia. Me cruzo algunos senderistas que amablemente me dejan paso, voy trotando a ratos, cuando no hay pendiente, con algún otro me paro a hablar un poco.
Más compañía en el Prat d'Aguiló
Más adelante comienza el descenso y las nubes me permiten disfrutar de las vistas. El sendero ahora te lleva a los mismos pies de grandes y verticales moles de piedra que te hacen sentirte pequeñito pequeñito, primero el Comabona (2540 m) y tras cruzar el barranco de Les Toselletes, el pic d'Aguiló (2494m). Tras planear un poco por el prado homónimo, llego al refugio del mismo nombre (1995 metros). Refugio 6 de 8.
Son las 3 de la tarde, hora del café.
Cafetito con leche y magdalenicas!!
Me siento en la terraza, y mientras converso con un profesor vasco que estuvo destinado un añito en Aspe, me zampo un café con leche mojando dos magdalenicas, que me sientan como dios. Aprovecho el apretón intestinal que me produce el café para sentarme tranquilamente en el WC del refugio y me preparo para salir, más descargado y animado, pero...
Cuando salgo a buscar la fuente para reponer agua, llegan mis compañeros. Casi al mismo tiempo, la lluvia.
Comienza una tormenta en condiciones. Sin aparato eléctrico afortunadamente (por mis bastones de carbono lo digo; no tengo intención de freirme), pero con ganeta, bastante ganeta.
Como prisa no tengo, me da igual una hora más que menos, decido esperar un margen de tiempo prudencial a ver si escampa. Así que me quedo con mis compis en el refugio mientras reponen fuerzas.
Decidimos poner límite.
En el pas de Gosolans
Si a las 4 no para, salimos.
Y así fué.
Y afortunadamente, escampó.
Esta etapa la vuelvo a hacer acompañado casi hasta el final con Titín, Eduardo y Jesús.
Salimos abrigados, pues la tormenta ha refrescado el ambiente, y nos dirigimos hacia el último alto en el camino, el Pas de Gosolans (2426m). Llegamos a el tras fuerte subida, en zigzag por sendero bien marcado y finalmente por una tartera. Arriba hace frio pero no tanto como nos esperábamos.
Las vistas son nuevamente espectaculares.
Ahora trotamos por el altiplano un buen rato hasta que comienza progresivamente el descenso. Desde aquí hay que descender casi 800 metros hasta el refugio.
Aquí me doy cuenta de que ya se me están acabando las pilas. Mis compañeros van cogiendo progresivamente ventaja, y sólo los pillo cuando hacen algún pequeño alto para cruzar una valla de pastoreo. Además, mis rodillas empiezan a darme señales de alarma cuando desciendo, seguramente porque las forcé algo más de lo debido al principio.
Decido ir a mi ritmo, como siempre, así que cuando alcanzamos la pista que ya conduce en suave descenso hasta el siguiente refugio, dejo a mis compañeros que se alejen.
Son poco más de 4 km que se me hacen muuuuy largos. Consigo aguantar aun así trotando la mayor parte del trayecto, pero recuerdo que miré el GPS en numerosas ocasiones, porque no veía el fin de la pista.
Por fin, a las 18:10 llego al refugio Lluis Estasen (1674m), objetivo 7/8.
Sólo queda la última etapa. Me despido rápidamente de mis compañeros de aventura, ya que está empezando a llover nuevamente, y esta vez sí que no espero.
En mal momento supliqué yo que me lloviera al final.
Notese la curvatura del bastón
El motivo es que quedan por bajar más de 400 metros hasta mi punto de partida, y esta bajada es la más técnica de todo el recorrido, un fuerte descenso por estrecho sendero, rodeado de bosque, con abundantes piedras planas y raíces que son la delicia de un buen patinador, que no es el caso, y además, en plena tormenta. Por mucha prudencia que puse, di con mi cuerpo en el suelo en más de una ocasión, teniendo suerte de no hacerme mucho daño, porque tal y cómo quedó uno de los bastones sobre el que me caí... podría haber sido peor.
Tras más de 20 horas y 80 kms... Vacio.
Tardo casi una hora en hacer los 3,7 kilómetros que me separan de mi último objetivo. El refugio de Gresolet. El mismo del que salí 20 horas y 30 minutos antes. Llego totalmente agotado, vacío, y allí está Andreu, fiel, esperándome. Le abrazo, me siento y me descalzo. Tengo ganas de llorar, una mezcla de emoción, de cansancio, de alegría...
Termina así una aventura, mi travesía "en solitario" sub24 Cavalls del Vent, que de solitario ha tenido al final sólo la intención y los preparativos en mi cabeza, porque os he tenido a todos siempre allí conmigo, y porque gracias a Titín, Eduardo y Jesús, estuve acompañado buena parte del trayecto.
Gracias a todos.
La familia y amigos que apoyaban desde campo base. Gracias.

Enlaces relacionados:

Entradas al blog realizadas desde la travesía (Live Trail):



3 comentarios:

Carles Aguilar dijo...

Una auténtica aventura... Hay que felicitarte por haber sabido sufrir sin dejar de creer en tus posibilidades.. Esto es un éxito en mayúsculas..!!

Soy afortunado dijo...

Brutal amigo. Pelos de punta. Cuanta calidad.

andreu dijo...

GRACIAS a ti. No olvidaré nunca lo que viví contigo en Cadi Moixeró.