10 de junio de 2011

y con 4 años, hollamos el Cabeço


No dejan de sorprenderme estos chiquillos. Cada vez soy más consciente de que pueden mucho más de lo que creemos, posiblemente por nuestra sobreprotección.
Pero esta tarde, hemos cambiado la falsa protección de la ciudad por la verdadera libertad de la montaña.

Objetivo: hollar la primera cima en familia.

Y para ello hemos escogido los cercanos 1208 metros del Cabeço d'or.

Conforme nos acercábamos al objetivo y veíamos la montaña, Raquel y yo nos mirábamos con cierta incredulidad sobre lo que pretendíamos; pero yo estaba convencido (o casi convencido) de que ibamos a conseguirlo.
De Pau con sus 7 años no lo dudaba, ya está algo más rodado. A los papis, se nos daba por hecho.
Pero Nico, sin todavía cumplir los 5 añitos...
Hemos dejado el coche en la pista de tierra, cerca de la Casa de Seva, para así quitarnos un par de kilómetros de pista que mermarían la voluntad del equipo cuando más iba a ser necesaria. En breve nos hemos encaramado al sendero que asciende en zigzag por la pedrera y sin mayores problemas hemos llegado a la Casa de Polset.
Casi la mitad de la ascensión (unos 300 metros).
Aprovechamos el pla para descansar un poco de la subida, escuadrillamos la casa, el pozo, buscamos una sombra y avituallamiento.

Y nos lanzamos al ataque final.
Quedan por delante otros 300 metros aproximadamente de subida, pero más técnica. Mucha pedrera, algún trozo para trepar...Cada vez más cansados, pero las vistas que nos vamos encontrando van subiendo la moral del equipo. Ya no nos queda casi nada alrededor más alto que nosotros y eso se convierte en un verdadero acicate para los peques. Miramos a lo lejos nuestra querida (y ahora insignificante) Serragorsa, lo que les da a los niños una verdadera dimensión de lo que están haciendo.
Alcanzamos el collado y cresteamos hasta alcanzar la Cova. De allí, un salto y a la cima.
OBJETIVO CONSEGUIDO!!!!

Muy emocionado de hacer mi primera cima con mi familia (falta el pequeño Lucas que se nos unirá pronto, seguro).

Nuevo avituallamiento, fotos, más fotos. Encontramos un hueco en la libreta y dejamos nuestra huella (sólo escrita y guardada en el buzón montañero). Ningún otro rastro.
Nuestras sonrisas y emociones las dejamos que se difuminen entre el viento y la memoria.

Emprendemos el descenso. Nos cruzamos en el collado con 3 senderistas que se sorprenden del equipo que desciende (el padre se hincha hasta casi flotar) y felicitan a los pequeños valientes.
Nos llevamos varios resbalones y culadas, como era de esperar, pero nada grave. Además, Nico descubre que el descenso por las pedreras puede hacerse más rapidamente y de forma más divertida derrapando... (apunta maneras el amigo).

Llegamos al coche y terminamos la etapa: casi 7 kilómetos, unos 600 metros de desnivel positivo, 3 horas y media.

Killian acaba de hacer nuevo reto en el monte Olimpo. Pero el que viene de estar con los dioses soy yo.



4 comentarios:

andreu dijo...

ya lo hemos hablado algunas veces, estos chiquillos nos estan dejando por los suelos...

veo que los estas enganchando mucho a la montaña, ya veremos si el domingo después de verme arrastrarme van a querer probar con el triatlón..

AtalantasWeb dijo...

¡Nico: bienvenido al club, pequeño-gran compañero! :-)

jaimescolano dijo...

Otro más para la collica... A ver si montamos una Poza Reina ¡YA!

Anónimo dijo...

QUE PASADA, SIGO PENSANDO QUE ES UNA MIERDA ESTAR TAN LEJOS. A VER SI EN ALGUNA DE LAS PROXIMAS PUEDE ACOMPAÑAR LA TIA DE ESOS DOS CAMPEONES. OS QUIERO.