14 de octubre de 2011

Acampada Tri-Familiar en el Puig




Con motivo de la Pilarica, 3 familias nos disponemos a alejarnos de la cotidianidad urbanita, y buscar nuevas aventuras a más metros de altitud, donde la ausencia de comodidades se sustituye por una mezcla de nuevas experiencias, buenas emociones, grandes paisajes, y por supuesto, donde no puede faltar un tupper con tortilla.
Tomamos la avanzadilla los Muñoz y los López (equipos locales como se puede deducir), formando ya un buen octeto que tiene en sus filas a la más benjamín de la aventura, Alba, que con sus casi 4 añitos podrá presumir de ser de las más precoces en subir a pernoctar al refugio del Puig, toda una aventurera.
Nosotros dejamos en el banquillo a Lucas, ya le tocará.
La subida se hace bastante divertida. Grandes vistas, un cielo despejado, la inmensa pared del Puig anaranjada por una puesta de sol espectacular, último tramo con los frontales... Pero como todas las subidas, acaba picando y las quejas van apareciendo (¿cuándo llegamos? ¿falta mucho?, repetido en un bucle elevado a la n potencia)
Llegamos al refugio cerrada la noche, aunque una preciosa luna llena nos iluminaba de forma espectacular. Afortunadamente nadie había "reservado" para esa jornada y lo teníamos todo para nosotros. Bueno casi, pues un pelotón arácnido se había adueñado del recinto, haciendo necesario un duro acuerdo antes de poder disponer de él.
Sobre las 11 pm llegan los Escolano al completo, ya somos 13 y no sobra ninguno.
Nos disponemos a cenar. Podríamos haber hecho un buen caldo de carne con tanta araña, pero venimos preparados. Jaime monta su hornillo y frie unas salchichitas, con su ajito dorado y todo (las cosas o se hacen bien o no se hacen). De los tupper repartimos las clásicas pechugas empanadas y la tortilla, en este caso en su versión de macarrones, saladitos, jamon, perritos calientes...
Y de postre, pastelitos de la Pantera Rosa para los niños, cocas de mollitas con choco para los demás. Todo regado con sus 2 buenas botellas de vino (que venimos al monte pero tontos no somos).
Llega el momento de dormir, o al menos intentarlo. Mujeres y niños en los tablones y papis al suelo. Jesús y Jaime me flanquean, impidiendo mediante barrera acústica, paroxística, gutural y profunda, que las arañas se acerquen. Y de paso no me dejan dormir. Pero bueno, incluso así los quiero.
La mañana se inicia temprano, aunque la noche ha sido larga para algunos, todavía fresca y con la luna casi a punto de ocultarse. Los niños siguen durmiendo como benditos. Los papis damos un paseo de reconocimiento para seguir aprendiendo de Jaime sendas y  nuevos destinos hasta el pas de la Rabosa. Y después de desayunar, recoger trastos y limpiar la zona, emprendemos el camino de vuelta a la civilización, sintiéndonos unos privilegiados, y unos afortunados.
Gracias familias por compartir estos buenos momentos, que intentaremos seguir disfrutando, como bien dice Jaime, hasta que la adolescencia, o lo que sea, nos lo impida.



3 comentarios:

Jaime Escolano Guía de Montaña y Barrancos dijo...

Más de estas por favor...

Pez dijo...

Me encanta
Brutal
Magestuoso
Acojonante
Cracks,...
que sois unos CRACKS!!!!

Que ganas tengo de
que me crezcan un poco
mas los dos champiñones
para apuntarnos a estos
planes.

Estoy muy orgulloso
de ser vuestro amigo.
Gracias por todo.
Sois la po....., la leche.

andreu dijo...

Pero en el hotel no había papel higiénico y sábanas de seda??? Lou.

han faltado imagenes de la lata de anchoas (todos apretaditos por la noche)..

Nosotros también queremos apuntarnos algún día a estas aventuras!!!