Olor a mar, olor a poza.

Mis padrinos en el bautisso.

7 am.

Playa de la Albufera.

Estoy algo nervioso. 

Enseguida llegan ellos

Son los padrinos: Jesús cavalgando su burra, Andreu un poco después.

Y es que hoy es un gran día.

Es mi bautisso.

Me estreno nadando en aguas abiertas. Esas que esconden inmensos peligros acechando siempre al ingenuo e inoportuno bañista. O eso pensará parte de mi cortex, no dejándome tranquilo, no permitiéndome que me relaje. Porque otro rincón trata de no marearse, entre cabeza abajo para no ver nada en la turbidez del mar, y cabeza para el lado para ver un cielo monótono y azul, aunque muy bello. Andreu tratando de ayudarme se colocaba a mi lado, pero en mi cerebro era como un fotograma que aparecía y desaparecía con cada bocanada, aumentando mi sensación de desconcierto (gracias de todas formas a ambos).

El FR310XT se ha encargado de hacer el reportaje del bautisso. Aquí el resultado:

De risa.

Aunque supongo que habrá que hacerle el caso justo a lo que ha grabado. Dice que 990 metros nadados (muchos me parecen), pero lo que estoy seguro es que no he hecho 832 metros de ascenso total. 

Termina el bautisso.

Agradecimientos a mis padrinos y mareado a iniciar la jornada laboral.

...

Y por la tarde, nuevamente al agua, pero ahora dulce.

En este caso el objetivo es nuevamente la Poza Reina.

Y como no puede ser de otra manera, los protagonistas son los niños. Nosotros nos impregnamos un poco de su felicidad, de su ingenuidad, lo mezclamos con olor a poza y a árboles frutales y nos sale una macedonia que es vida pura.

Aquí el bautizo es para Jesús y sus churumbeles (Alba y Jesús). De anfitriones hacen Guillermo, Pau y Nico. Jaime y yo pastoreamos.

Cerramos una jornada pasada por agua, que me puede haber encogido el cuerpo pero que me ha ensanchado el alma.

El equipo PR